¿Quieres que te cuente un cuento?
Así comencé la última conversación que
tuve contigo. Quería corresponderte. Había escuchado esa frase tantas veces… Te
conté la historia de tu vida. Esa historia que tantas veces había escuchado de
tu boca. Esa infancia en Sevilla, esa adolescencia difícil. Siempre ponías la
misma sonrisa cuando recordabas cómo te cortejaba aquél chico. Ese chico que
fue tu marido durante tantos años. Y los hijos, los nietos… Una larga historia.
Cada día, cada tarde a tu lado, los dos arropados con la manta que cubría la
mesa de camilla, me contabas un capítulo de tu vida. Pensabas que me iba a
sorprender, esperabas ilusión y sorpresa al confesar tus intimidades. Nunca fui
capaz de desilusionarte. Me hacía el sorprendido. ¿Qué me costaba a mí? Ese
simple detalle, era felicidad en tu rostro.
Así que, un día tras otro, era un
volver a empezar. Llegó un día en que dejaste de contarme tu historia. Ese día,
tomé una decisión. Iba a ser yo quien te la recordara. Ahora sí, yo hablaba de
tu infancia, de tu adolescencia, de tus primeros encuentros con tu futuro
marido, tus hijos, tus nietos… No importaba que siempre fuera el mismo
capítulo. Siempre te sorprendías. Me mirabas con curiosidad. Con sorpresa. A
veces, ni si quiera te podías creer algunas cosas. Pensabas que te tomaba el
pelo. Ya no estábamos acurrucados en frente de la mesa camilla. Ahora yo me sentaba cerquita
de tu cama. Muy cerquita. Y te agarraba la mano.
Hoy te he contado el último
capítulo de tu vida. Es uno muy alegre. ¿Te acuerdas? No me querías creer. Así
que te lo cuento otra vez. Al final, has decidido viajar. Anoche preparaste la
maleta. Metiste un poquito de todo. Porque no sabes si hará frío o calor.
Siempre hay que ir prevenido. Dejaste la cama hecha, la casa recogida. Todo en
orden y en paz. Cerraste la puerta con cuidado, para no molestar y comenzaste
tu camino. Tu nuevo camino.
Yo, desde aquí, desde la sillita que está frente a
tu cama, te cuento este cuento. Para cuando puedas escucharlo. Disfruta de este
viaje. Algún día, volveremos a estar cerquita el uno del otro, y me contarás
todas estas nuevas aventuras que seguro “vivirás”.
martes, 11 de junio de 2013
martes, 12 de marzo de 2013
SER MAYOR Y FELIZ
Vamos a hablar de
felicidad. ¿Son las personas mayores felices? ¿Cómo pueden llegar a
serlo? Dice un estudio que los mayores son más felices cuando lo han
sido de jóvenes.
Si has disfrutado de una
vida feliz, después de los 65 años serás más feliz. Esto según un
estudio de la Universidad de Granada que ha sido publicado en la revista
Journal of Happiness Studies. Además, señalan que aquellos mayores que
no padecen depresión, tienen apoyo familiar, niveles bajos de estrés y y
presentan un “correcto funcionamiento cotidiano”. Están más satisfechos
con su vida al final de ésta que los demás.
Los investigadores de la
Universidad de Granda han apuntado que ser feliz de joven facilita que
ese sentimiento se mantenga a lo largo de la vida. Para hacer este
estudio, han explorado la felicidad actual y la pasada de hombres y
mujeres mayores de 65 años, con diferentes características personales y
sociodemográficas.
En el estudio
participaron de forma voluntaria 154 adultos mayores con edades
comprendidas entre los 65 y 96 años, que vivían de diferente forma. La
mitad eran mujeres y elc35,7% estaban institucionalizados en
residencias. El 64,3% vivía en su hogar. Sólo o con familia.
La autora principal del
estudio, Débora Godoy Izquierdo, ha destacado que los mayores que han
participado afirmaron ser “significativamente menos felices ahora que en
el pasado”. No difirió la felicidad con respecto a mayores que viven en
casa o en residencias. Lo único que los mayores no institucionalizados
informaron de una mayor autoeficiencia, más actividades realizadas
durante el último mes y más contacto familiar. Mientras que los
institucionalizados presentaban mejor salud y menor incidencia de
problemas de ansiedad.
Los investigadores señalan que es bueno conocer estos datos para poder
“desarrollar intervenciones dirigidas a la promoción del bienestar subjetivo en las personas mayores, dado que, en comparación con anteriores períodos de la vida, la felicidad puede verse reducida en la adultez tardía”.
“desarrollar intervenciones dirigidas a la promoción del bienestar subjetivo en las personas mayores, dado que, en comparación con anteriores períodos de la vida, la felicidad puede verse reducida en la adultez tardía”.
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